Según el informe DESI 2019, alrededor de una quinta parte de los ciudadanos españoles aún no están conectados a la red
La oferta de especialistas TIC continúa por debajo de la media europea
La Comisión Europea ha publicado como cada año su informe sobre el Índice de la Economía y la Sociedad Digital (DESI) que revela la complicada situación española en cuanto a la aplicación de las nuevas tecnologías y de la sociedad digital en el apartado de capital humano, referido principalmente a los conocimientos y habilidades para el uso de las nuevas tecnologías por parte de la población.
En capital humano, España se sitúa en un nivel muy similar al año anterior ocupando el puesto 17 de los veintiocho países de la Unión Europea, encontrándose muy por debajo de la media europea. En este apartado se analizan por un lado las competencias digitales básicas de la sociedad, la presencia de especialistas TIC, los titulados en carreras relacionadas con las tecnologías de la información y la presencia de mujeres en este sector.
En lo referente a las competencias básicas, el Índice ha mostrado que únicamente el 55% de las personas entre 16 y 74 años cuentan con capacidades digitales básicas, mientras que la media europea se sitúa en torno al 57%.
Estos datos ponen sobre la mesa una de las reivindicaciones que desde hace tiempo denuncian las organizaciones profesionales del sector, la de incorporar la asignatura de informática impartida por profesionales cualificados en los programas de educación obligatoria, para que los alumnos puedan adquirir las competencias y habilidades necesarias que les permita no perder el tren a ellos y al país, de aprovechar los fenómenos de transformación y cambio que está sufriendo el mundo basados en las tecnologías de la información y las comunicaciones y las oportunidades que de ello se derivan.
El Colegio Oficial de Ingeniería Informática de la Comunitat Valenciana (COIICV) cree esencial trabajar de manera conjunta con las instituciones educativas para poder cubrir las necesidades de conocimiento de una sociedad avanzada que aspira a ser más resiliente ante los retos económicos y sociales que surgen fruto del avance imparable y continuo de la economía digital.
“Es esencial un cambio de enfoque educativo a nivel nacional, donde el hecho de estudiar en un sitio o en otro no condicione el nivel de competencias digitales adquiridas, y que por tanto no pueda condicionar tu futuro. Y esto solo se puede hacer con una política educativa de base común, dándole la importancia que tiene a los conocimientos digitales e impartidas con metodologías adecuadas y calidad suficiente” afirma Alejandro Blasco, presidente de COIICV.
El Índice de la Economía y la Sociedad Digital - DESI 2019 - muestra también el bajo porcentaje de profesionales TIC en España, que se encuentra un 21,6% por debajo de la media de la Unión Europea (2,9% en España frente al 3,7% en la UE). Y si tenemos en cuenta a las mujeres especialistas en TIC, el dato es todavía más preocupante. Solo 1% de las mujeres Españolas son profesionales del sector, frente al 1,4% de la media europea, lo que supone una diferencia del 28,6%.
Estas cifras muestran, por un lado, la necesidad de fomentar las carreras STEM en edades tempranas para incrementar la presencia de profesionales de las tecnologías de la información, tanto hombres como especialmente mujeres, en nuestra economía, que cada vez es más digital, y hacer frente así al aumento de la demanda de estos perfiles que continúa creciendo año tras año. En un país con 3 millones de parados, un sector como el tecnológico no cubre sus vacantes. Algo no estaremos haciendo bien.
En palabras de Alejandro Blasco, “los resultados del estudio ponen de manifiesto la necesidad de tomarnos en serio el hecho de la digitalización en empresas y organizaciones públicas, en la educación que reciben nuestros jóvenes, en remover conciencias para que más chicos y chicas vean en las TIC una alternativa viable y segura de desarrollo profesional, en definitiva para poner los mimbres de una sociedad más libre y con más futuro.A ello contribuirían sin duda las Universidades, evitando la confusión introducida por los estudios post Bolonia, prestigiando las ingenierías y en particular las relacionadas con las tecnologías de la información, haciendo que las administraciones públicas y locales incorporen profesionales cualificados y capaces en sus estructuras que les aporten calidad en la prestación de los servicios públicos a los ciudadanos, potenciando y valorizando también fórmulas como la Formación dual, todo ello, senderos que confluyen en un mismo camino que nos permita evolucionar hacia una sociedad basada en la tecnología y en la información que cada vez se desarrolla más rápido, como única vía de proteger y garantizar en última instancia, nuestro propio bienestar presente y futuro”.