A lo largo de los últimos años se ha producido un gran cambio en las universidades españolas. Desde que en 2008 se implantó el Plan Bolonia los profesionales, empresas y en general las personas que estudiaron con el Plan antiguo, tienen dificultades para entender y asumir el nuevo modelo. En este sentido una de las grandes preguntas es el motivo para estudiar el Máster habilitante en Ingeniería Informática (MUIINF), en lugar de otros de especialización que también ofrece la universidad.
Hoy, en esta tribuna de opinión, nos desvela algunas de estas incógnitas Víctor Espinosa Mateu, Premio al Mejor Expediente del Máster en Ingeniería Informática de la promoción 2016/18 de la ETS de Informática de la UPV y colegiado número 1.066 del COIICV.
Cómo nace mi vocación
Durante los últimos años, el interés por la ingeniería informática no ha hecho más que aumentar. Por un lado, las organizaciones cada vez confían más en soluciones informáticas para optimizar sus recursos y mejorar su productividad. Por otro lado, los jóvenes apuestan cada vez más por estudiar una carrera relacionada con la ingeniería informática y así poder dedicar su vida profesional a este sector. Una prueba de esto es que en la Universitat Politècnica de València (UPV), el grado más solicitado del curso 2018-19 ha sido el de Ingeniería Informática. Yo he sido alumno de este grado y recientemente he realizado el Máster en Ingeniería Informática, donde he recibido el premio al mejor expediente de la promoción. En este artículo voy a contar mi experiencia desde que empecé a interesarme por la informática hasta el día de hoy.
Mi interés por la ingeniería en general comenzó en el instituto al ver que las asignaturas que más me gustaban eran Matemáticas y Tecnología Industrial. Esta preferencia se concretó al realizar una optativa sobre robótica, en la que uno de los proyectos era programar el funcionamiento de una máquina expendedora. Esta máquina la simulábamos mediante una tabla de madera, algunos pulsadores y unos cuantos ledes. Durante el transcurso de esta asignatura, lo primero que quería hacer al llegar a casa era programar el funcionamiento de mi máquina expendedora. Mi padre, que es profesor en el Grado de Ingeniería Informática de la UPV, al verme emocionado con el proyecto, me comentó que la programación se impartía en la carrera de Ingeniería Informática. Ahí lo tuve claro y tomé la decisión de dedicarme a este sector.
Iniciando el Grado en Ingeniería Informática
Una vez entré en la universidad, descubrí que había elegido correctamente. Supongo que debo considerarme afortunado por haber acertado en mi elección. Conforme avanzaba el grado, vi que mi mayor interés se centraba en la parte más algorítmica de la informática. Por ello, a la hora de seleccionar una especialidad, escogí la de Computación. En esta rama, que duró dos cuatrimestres, aprendí conceptos y tecnologías propios de la inteligencia artificial, los gráficos por computador y el tratamiento de datos. A mitad de este periodo decidí realizar mis primeras prácticas en empresa. Éstas las realicé en una empresa llamada TYPSA, dedicada a la ingeniería y a la arquitectura. Allí estuve desarrollando durante un año una aplicación capaz de diseñar parques eólicos de forma esquemática y que permitía calcular tanto características técnicas como económicas. Dado que era una aplicación realmente llamativa, aproveché para presentarla como Trabajo de Fin de Grado (TFG).
El final del grado universitario fue la etapa más dura de mi vida académica. Compaginar el trabajo con los estudios fue realmente complicado. Además, cuando acabé la especialidad decidí estudiar el último cuatrimestre en Inglaterra a través del programa Erasmus. Concretamente fui a la Universidad de Leicester, donde me centré en aprender todo el inglés que pude. Aparte de las asignaturas de allí, tuve que seguir trabajando a distancia en el desarrollo de la aplicación sobre parques eólicos. Finalmente, acabada la estancia en Inglaterra, presenté el TFG y terminé las prácticas. La etapa más dura había finalizado, pero mi vida académica continuó, pues me matriculé en el Máster Universitario en Ingeniería Informática de la UPV.
Por qué estudiar el MUIINF
Yo tenía claro que quería complementar mi formación con un máster, pero lo difícil fue decidir qué máster. El dilema estaba entre el Máster Universitario en Inteligencia Artificial, Reconocimiento de Formas e Imagen Digital y el Máster Universitario en Ingeniería Informática (MUIINF). Esto se puede traducir en que tenía que elegir entre especializarse más en el campo que había estudiado, o estudiar la informática desde una perspectiva más general. Al final me decanté por el segundo por tres motivos. En primer lugar, el Máster Universitario en Ingeniería Informática es el Máster habilitante para la profesión de ingeniería informática. En segundo lugar, al realizar la rama de computación, notaba que había muchos conceptos generales de la disciplina informática que no había conseguido afianzar del todo. En tercer y último lugar, el Máster habilitante estaba completamente orientado al mundo de la empresa y tenía un enfoque muy práctico.
El Máster lo compaginé realizando prácticas en Everis, una empresa consultora informática. Así como en TYPSA yo era el único informático, en Everis estaba rodeado de ellos; por lo que pude aprender mucho más sobre los procedimientos y tecnologías actuales. Yo consideraría los dos años del Máster como la etapa de mi vida académica en la que más he aprendido. Había cosas que veía en la universidad que luego podía aplicar en el trabajo y viceversa, por lo que en poco tiempo adquirí muchas habilidades y una gran amplitud de conocimientos. Finalmente, para el Trabajo de Fin de Máster (TFM) escogí realizar un trabajo ofertado por la universidad que consistía en desarrollar un pequeño simulador gráfico de centrales fotovoltaicas. Lo cual es curioso, ya que mi TFG también era una aplicación para el ámbito de las energías renovables.
Desempeño en el mundo profesional
Actualmente, sigo trabajando en Everis en un proyecto relacionado con integración continua, que me ha permitido aprender mucho sobre la calidad del software y sobre cómo agilizar su desarrollo. Gracias al Máster y a mis tres años de experiencia, noto que ya soy un ingeniero informático que puede enfrentarse y disfrutar de todas las ramas de este enorme sector. Aunque, siguiendo en la línea de la especialidad que cursé en el grado, voy a enfocar mi carrera a la parte técnica más que a la parte de gestión. De hecho, dentro de poco participaré en proyectos más tecnológicos en Everis que el que estoy realizando ahora mismo. En concreto, tengo especial interés en aprender más sobre Big Data, un campo que está creciendo cada vez más y tiene mucho recorrido.
Y esta es mi historia. De ella puedo extraer varias conclusiones. La primera sería que es tremendamente importante fomentar la diversidad de asignaturas en los colegios e institutos, procurando darles a los alumnos una visión general de todas las posibilidades profesionales. En segundo lugar, la universidad proporciona muchas ayudas para formarte como profesional más allá de las clases. Los programas de intercambio, así como las prácticas profesionales son experiencias altamente recomendables para todos los estudiantes. Finalmente, la demanda de más y mejor ingeniería informática en el mercado es un hecho innegable, del cual surgirán más ámbitos de trabajo y posiblemente más carreras universitarias, por lo que es un sector altamente recomendable para las nuevas generaciones de estudiantes.
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