El desarrollo tecnológico que se está produciendo, especialmente en material de Inteligencia Artificial, está obligando a los países a establecer marcos regulatorios que permitan fijar las cuestiones éticas, los derechos y las obligaciones en el uso de esta tecnología.
Sin embargo, no existe un criterio uniforme en todos los países miembros de la Unión Europea, existiendo importantes diferencias en las iniciativas legislativas. En el caso de Francia por ejemplo, se permite patentar productos creados por sistemas inteligentes mientras que en Reino Unido, pioneros en establecer regulación en IA, para poder patentarlos siempre deben estar elaborados por una persona.
Por su parte, España, debido a la inestabilidad en los gobiernos en los últimos años, presenta un leve retraso en cuanto a la regulación teniendo en cuenta la situación del resto de países de la Unión Europea, a pesar de contar con un gran potencial en muchos sectores.
Para tratar de establecer un marco legal que garantice el desarrollo de la Inteligencia Artificial, la Unión Europea ha publicado esta semana el Libro Blanco sobre la Inteligencia Artificial.
Este documento pone sobre la mesa las políticas que se deben tomar para promover la Inteligencia Artificial y los riesgos de esta nueva tecnología desde una perspectiva orientada a la regulación y la inversión.
Desde la Comisión Europea abordan la normativa para la IA desde dos perspectivas: el desarrollo de un ecosistema de excelencia y el fomento de un ecosistema de confianza.
Dentro del ecosistema de excelencia se establece la necesidad de incrementar la inversión, crear centros de excelencia y de pruebas, atraer a profesionales, fomentar un centro con alto grado de especialización en IA en cada país miembro y la prioridad de mantener diálogos abiertos y transparentes sobre el sector con todas las áreas que se pueden ver directa o indirectamente implicadas en su uso.
Por otro lado, según el Libro Blanco de la Inteligencia Artificial, el ecosistema de confianza irá enfocada a garantizar el cumplimento de la legislación nacional y europea en materia de IA, una legislación en continuo cambio y que fomente en todo momento la seguridad reduciendo al mínimo los riesgos que presenta.
En estos momentos, el libro blanco es un paso hacia la regulación de la Inteligencia Artificial pero todavía se encuentra abierto a comentarios y mejoras hasta el próximo 19 de mayo de 2020 en el siguiente enlace.