El Colegio, a través de un proceso participativo impulsado desde la Asociación Valenciana de Startups (hoy rebautizada como Startup Valencia), participó en el análisis y propuestas de mejora de dicho proyecto, aportando enmiendas en el proceso de información pública de la ley, por lo que nos alegramos de que finalmente se haya hecho realidad. No sin dificultades, pues su ambicioso calado inicial se ha limitado bastante debido a la gran cantidad de normas a las que afectaba (de ahí también la dilación en su aprobación).

Existía desde hace tiempo un gran consenso en el sector de las startups y la innovación en cuanto a la necesidad de que hubiera en España un marco normativo estable que generase confianza, seguridad jurídica y una visión a largo plazo que permitiera crear más startups y hacerlas crecer de manera más competitiva y más sostenible. Por eso, estamos satisfechos de haber puesto nuestro granito de arena en que ello fuera posible y estamos seguros que redundará en tener ecosistemas de emprendimiento más fuertes y competitivos a nivel global, lo que sin duda es beneficioso para nuestro desarrollo y bienestar.