Las empresas tecnológicas y startups de la Comunitat Valenciana cada vez tienen más dificultades para encontrar trabajadores técnicos especializados, especialmente en tecnologías de la información. Se está produciendo un fenómeno inusual en la universidad, aulas vacías porque la mayor parte del alumnado trabaja desde tercero de carrera, y mientras tanto, en el mercado, las empresas se “roban” unas a otras los empleados.
Muchas empresas, dada la escasez de recursos humanos, al no encontrar ingenieros en informática o telecomunicación disponibles, contratan titulados de otras áreas técnicas o científicas y les forman en la empresa para desempeñar puestos de programadores, analistas o integradores. Y, en ocasiones, ni siquiera acuden a la universidad sino que captan recursos en los grados de formación profesional, mediante la Formación en Centros de Trabajo (FCT), obligatoria para éstos alumnos.
Alejandro Blasco, presidente del COIICV, añadía recientemente en un artículo publicado por el Levante en su sección de Economía, que un problema adicional es que “las universidades deben adaptar sus planes de estudios a la demanda con mayor velocidad. Es esencial incrementar la formación en ciberseguridad, industria 4.0, tecnologías de blockchain y ciencias de datos”. Y lamenta que, además, hay “un problema importante de falta de vocaciones femeninas. En nuestro Colegio solo hay un 15% de mujeres y en algunas carreras el porcentaje es aún menor”.
La situación muestra la pujanza del sector tecnológico, las iniciativas innovadoras y las inversiones que están realizando los distintos agentes; aún siendo esto bueno para la economía valenciana y para los propios trabajadores, que ante la competencia están viendo mejoradas sus condiciones laborales, la falta de talento puede devenir en un freno al crecimiento si en un determinado momento el sistema colapsa por falta de personal adecuado.
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